jueves

Cuántas palabras calla la ventana:
ojo, hombre, casa, fuga, luz.

El bosque calla más:
quietud, grillo, incienso, cauce.

Más aún calla el cielo:
ángel, altura, precipicio. Dios.


Cuánto calla quien dice amor
pues dice ventana, bosque, cielo...
Interminable escena de tus ojos
hondo, lejano, inmarcesible
soñado palco de las fuentes
cuya agua de ningún lado viene
pero a todos lados va

Cerca en el momento tu mirada
insinuando ser mortal 
guiñando, flotando de pestañas
aleteando tempestades

Pero tan lejana en sus sueños
tan real en sus acordes
tan sola en su sapiencia

que apenas a tocar su iris
se atreven mis amores.

Vence la mar
Vence la arena 

Vence tres o cuatro rutas
al rededor de la pecera

Cada vez nos reencontrarnos
sentados entre las piedras
de un bravo mar pensativo
con las fauces abiertas

Todas las noches soñamos
que cada una es nochebuena
y a la mañana nacemos
con otros sueños a cuestas

Y en los días soleados
despiertos soñamos fiesta
que en los vapores se elevan
las risas de bocas llenas

Nos reímos de la muerte
que sabemos nos acecha
olvidamos, nos mentimos
unos cantan, otros rezan

Alargamos los placeres
gozamos hasta las penas
pues sabemos silenciosa
ya en destino nos espera



He tardado tanto en encontrarme
no estuve conmigo en mi pasado
mi propio ayer ya me es extraño
y no he podido descifrar si he sido yo
quien dijo antes que era quien soy
si lo posible se hizo real 
o si era necesario ese transcurso

Soñarme en esta noche ha sido 
como ver mi espalda en el reflejo del reflejo
de un espejo hexagonal

No reconozco mi voz
y mis palabras no me hablan
me llamo por el hombro y giro
para saber solamente 
si he sido yo quien me he llamado