domingo

Último

Miraba nuestra fotografía
y qué felices
eran los de entonces.

Mas pienso...
si vamos
sin detenernos
si un segundo no es
siquiera
como una fotografía;
cómo duele
esta herida de nostalgia
en el costado
sangrando sal.

No será la nada
ni la oscuridad total,
ni la luz imaginada
ni el silencio.

Será la despedida
de todo
lo que dejará
el sabor a hiel
en nuestros labios.

Y en los del otro.

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