suave dolor y amargo
me gustas en la lengua
si lates en mis manos
blanco sabor de espinas
apenas en abril no eras
ni sombra ni recuerdo
dulce circulación interna
de canteras rosas
qué ligera te llevaba yo
sobre los hombros de ella
blando grito del hondo pecho
si esperaras una vez más
a que amanezca el sudor de su frente
y el rumor de su espalda
fragante entierro de futuros
¿volverás a sepultar pasados
en las luces de una arena
de otro río de otra tierra?
cuánto dispone el aliento
para una sombra o una almohada
que una vez que duele
ama el dolor del alma
y sigue todo y no se acaba
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