donde el cielo abandonó el horizonte
sigue el tiempo.
donde la mariposa tornasola el cielo a fuerza de aletazos
sigue, sigue, sigue el tiempo
dándonos sus martillazos de olvido,
su duro y ciego andar con el polvo del desierto
reventándonos a cada paso contra el viento,
sigue.
sigue aquí a mi lado
incesante de llamas que todo lo consumen
y siento su fuego azul quemarse bien
aquí a mi lado.
donde la vida da su mejor cara
en el silencio verde de los campos a lo lejos
sigue aunque más lento, sigue.
en los cielos sin nubes que deslumbran
y nada parece, nada que pasa,
parece, pero sigue.
donde cantaba el ave ya ha callado
donde esta gota, ya no es gota.
hasta en los espejos limpios de esperanza
donde alguna vez vimos la sonrisa.
a qué distancia habré de hallarme
para ver de lejos ya verdes y ya secas
las hojas de los robles
en donde habrá un lugar en donde siempre
el agua sea solo agua
y no esas mentiras cristalinas sin reflejos
que no empañan
la memoria
porque sigue, sigue, sigue.
pero
en el duro eslabón de piedra de las fuentes
negras y gastadas
donde sólo a veces un caracol desvencijado,
una acorralada larva necia,
de hambre de ayer sin futuro,
sólo ahí. solo.
solo. ahí no sigue.
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