domingo

cada signo

No es tristeza la que suma en mi alma
habla de sí misma la sal del medio día
habla de sí la orquesta de los bosques 
el fiel silbido nocturno de los grillos
la agitada piel de sombras salamandras

Escuchas desde cerca las voces de la escarcha
diciendo a todas horas que nada nos separa
sin sol sin sed sin agua somos nada

Cada grano, cada signo, cada hierba
estaba desde ayer ya calculada
vista desde adentro por sí misma
empujada, lanzada desde el centro
desde la primera página del tiempo
se vio ser una luz y ser su causa

Y nada
Sólo el hombre lo ignoraba


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